jueves, 15 de marzo de 2012

En el centro de la Sierra de Aitzkorri

De la cara más abrupta de Aizkorri sale un ramal que comienza en Intzuzaeta (735 m) y termina en Aztiria, sobre Legazpi. Cuenta con seis modestos altos en la divisoria entre las cuencas del Urola(oeste) y Oria (este). La cima más destacada, y 'Centenaria', es Arranoaitz. La más alta es la doble cumbre de Arripillata (888 m.) y Oamendi (886 m.).

Un punto cómodo para acceder a estos altos es el viejo apeadero de Zegama. Fue punto de llegada de los viajeros del Regional Exprés Irún-Vitoria y del Castilla y León Exprés. Ahora está abandonado y hay una central eléctrica. Unas señales muestran la ruta de Intzuzaeta. La pista es pedregosa y pendiente, sin pérdida. Sube entre pinos y hayas hasta el collado. Hemos dejado atrás varias txabolas y la escombrera de una mina. Cruce de pistas, donde destaca un panel del PR-GI 70.

Por la izquierda se va hacia Aizkorri. Seguimos por el camino de la derecha, que cruza el bosque mixtos de abetos y alerces. Pronto nos desvíamos (derecha) monte a través hasta alcanzar la cima de Oazurtza o Illurtxabaleta. Carece de vistas. Buzón mutilado y placa del Enara. Descenso por camino al collado de Ormakio (pluviómetro) y subida por campa a Elor-Txiki, inconfundible por el refugio abierto al pie de la cima, herbosa, salpicada de lajas y con excelentes vistas. Vértice y buzón del Enara en forma de cohete.

El descenso es fácil hacia los prados y las dos txabolas que dominan el amplio collado de Usoko Zelaia, a nuestros pies. Las bordas están en uso y suele haber mastines. Luego viene la dura subida por campa hasta la cima de Arranoaitz. Una alambrada con paso y pisamos la cumbre, despejada y pedregosa. Zegama queda muy abajo. El paredón de Aizkorri, detrás, cierra el horizonte por el sur. Aralar, Udalatx y gran parte de Guipúzcoa se abren ante nosotros.

Bajamos hacia el collado que separa Arranoaitz de Oamendi y Arripillata, enfrente. Quedan para otra excursión. Hemos descendido hasta una antigua turbera donde sobresalen algunos pinos. Allí resiste desde hace 3.000 años el dólmen de Hirumugarrieta. Lo protege un pedregal. Está indicado por un hito.

Volvemos por la pista que rodea las cimas por la ladera de Brinkola. Se enlaza con ella unos metros más abajo y serpentea por las barrancadas. Pasa por los caseríos de Seigarren Potzua y llega al collado de Intzuzaeta. Sólo queda bajar al viejo apeadero.

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