miércoles, 2 de julio de 2008

Un unicornio blanco en el encinar de Zigadi-Beroate

El encinar de Zigadi-Beroate, en Betelu, es un enclave singular de 41 hectáreas, que se extiende a ambos lados del desfiladero del río Araxes. Es un bosque mediterráneo en terreno cantábrico, creado a lo largo del tiempo por el microclima especial que se forma debido a la velocidad del aire, que se calienta y comprime al penetrar en el desfiladero. Es lo que los geógrafos denominan efecto Venturi.
Una forma de conocerlo es recorrer el sendero local NA-120 por la pista de cemento que sube desde detrás de la iglesia hacia el monte Elosta, tuerce hacia la fuente de Aiztitxo y continúa posteriormente hasta el collado de Lezaetakogaine para ascender a Arritxo.
En este lugar tan especial, los historiadores han recogido una leyenda medieval en la que el protagonista es un unicornio blanco. Al parecer, y según cuenta la leyenda, estando el rey navarro don Sancho enfermo, como los médicos no daban con el remedio, consultaron a un ermitaño quien aseguró que aquel mal se curaría bebiendo una pócima en cuerno de unicornio. Señaló también que en el encinar de Betelu vivía uno, pero que era muy peligroso intentar darle caza. La hija del rey, la princesa Giomar, intentó atraparlo. Cuando se le acercó, el animal, furioso, atravesó el cuerpo de la joven con su cuerno y la mató. Al mismo tiempo que los ballesteros del rey, apostados entre la espesura, lo atravesaban con sus flechas.